A Dios podemos llamarle Papá
En la homilía de la Misa celebrada en la mañana del jueves 14 de diciembre en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, el Papa Francisco recordó que Dios es Padre, e invitó a llamarle “papá”.
El Santo Padre destacó que la ternura es el rasgo principal que caracteriza la relación de Dios con la humanidad. “Parece como si nuestro Dios quisiera cantarnos una canción de cuna. Nuestro Dios es capaz de esto. Su ternura es así: es padre y madre. Muchas veces dice: ‘Si una madre se olvida del hijo, yo no te olvidaré’. Él nos lleva en sus entrañas”.
Mediante esa ternura, Dios establece un diálogo para el cual “se hace pequeño para hacernos comprender, para hacer que tengamos fe en Él y que podamos decirle con la valentía de Pablo que cambia las palabras y dice: ‘Padre, papá’. Papá… Es la ternura de Dios”.
“¿Yo soy capaz de hablar así con el Señor, o por el contrario tengo miedo?”, se preguntó el Pontífice. “Que cada uno se responda. Alguno puede decir, puede preguntarse: ‘Pero, ¿cuál es el lugar teológico de la ternura de Dios? ¿Dónde se puede encontrar la ternura de Dios? ¿Cuál es el lugar donde se manifiesta mejor la ternura de Dios?’”.
Francisco lo explicó. Esta ternura se encuentra en las heridas, en las llagas. “En mis llagas, en tus llagas, cuando se encuentran mis llagas con sus llagas. En sus llagas hemos sido curados”.
“Es el Dios que se hace pequeño, y que en su pequeñez no deja de ser grande. Y en esta dialéctica de grande y pequeño encontramos la ternura de Dios. El grande que se hace pequeño, y el pequeño que se hace grande. La Navidad nos ayuda a comprender esto: en aquel pesebre encontramos al Dios pequeño”.
El Santo Padre finalizó con “una frase de Santo Tomás de la primera parte de la Suma en la que decía, queriendo explicar esto: ‘¿Qué es lo divino? ¿Qué cosa es la más divina?’. Dice: ‘Non coerceri a maximo contineri tamen a minimo divinum est’. Es decir, no asustarse de las cosas grandes, pero ten en cuenta las cosas pequeñas”.
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